Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

 Pero... ¿Es justo que te vengan dos golpazos en una vida?

Supe apenas hubo la sospecha de cáncer que tendría que enfrentar esta pregunta.  Es perfectamente humano preguntarse, ¿por qué yo? Pero pensar mucho en esa respuesta te puede mandar hondamente a un espacio oscuro de donde no se puede salir fácilmente.  Tomé la decisión de emplear pasos concretos para escapar esos pensamientos apenas empiecen.

Como lo saben la mayoría de mi familia y mis amigos, éste no es el primer gran golpe de mi vida.  Si no me conocen, o no saben a lo que me refiero, permítanme presentarles a un hombre que me enriqueció la vida en tantas formas, y quién se fue de este mundo prematuramente.  Conozcan a Damion:

                                 This image has an empty alt attribute; its file name is img_1968.jpg   

Damion y yo apenas teníamos un año y medio de casados cuando murió en un accidente de aviación el 13 de marzo del 2008.  Yo estaba con cuatro meses de embarazo con nuestro bebe Austin.  Podría escribir un blog entero sobre la gran persona que fue Damion y los momentos tan difíciles que pasé al perderlo tan inesperadamente.  De hecho, tengo un diario completo donde escribí todas las noches esos primeros meses.  Para mi, escribir es una forma de terapia. Nuestro hijo es el mayor regalo que él me ha dado en esta vida, seguido muy cerca del regalo de su linda familia, que me ha otorgado padres adicionales, hermanos adicionales, y muchos familiares y amigos más.  Ellos saben quienes son, y saben que los quiero mucho.

Ahora, quisiera presentarles a un chico que no tuvo la oportunidad de crecer a ser hombre ni ha ser el tio de las chiquitinas a las cuales tengo el honor de llamar a mis 'hijas bonus'.  Conozcan a Sean:

                             
Sean es el hermano menor de mi esposo, Eric.  El también se fue de este mundo mucho antes de lo que debía, a los quince años.   Cómo me hubiera gustado conocer a mi cuñado.  Eric sabe lo que es sentir el dolor de perder a parte de tu alma y tu corazón.  Cuando recién nos conocimos, nos dimos cuenta que teníamos ésto en común, y las conversaciones comunes y superficiales que una pareja tiene al conocerce rápidamente se convirtieron en conversaciones muy profundas sobre la vida y la muerte.  ¡Todo ésto en nuestra primera cita!
Decidimos que, en cuanto a las estadísticas, como ya nos había tocado a cada uno una "tragedia", entonces probablemente estábamos salvos de no sufrir otra.
Pero, queridos lectores, no piensen que estoy poniendo el perder a un ser querido que adoramos al mismo nivel con el diagnóstico de un cáncer enctontrado en etapa temprana y tratable.  Obviamente, eso lo sé. Pero de todas maneras es CANCER.  Y esa palabra lleva con ella sentimientos horribles, y esa palabra efectivamente se ha robado a muchas personas que otras adoran.  Aunque nos ha volteado el mundo de arriba para abajo, es extremadamente reconfortante saber que este sufrimiento es temporario.  Tenemos suerte.
Hace poco encontré un canal de YouTube de una fotógrafa basada en Nueva York que hace tres años superó el mismo tipo de cáncer que tengo yo.  Sus videos ma han inspirado mucho, porque ella ha podido describir sus emociones ante la cámara con mucho candor.  En uno de sus videos se hace la misma pregunta, ¿Por qué yo?  Después dice, ¿Por qué no yo?  Todos somos suceptibles.  A algunos le toca la mala suerte, y lo que vale es la actitud ante la montaña que se tiene que escalar.  Tres años después, está sana y viviendo su vida libre del cáncer.  Si les interesa, su canal está aquí.
No escribo este post para dárles lástima.  Al contrario.  Yo he vivido una vida muy, muy privilegiada.  Tengo los dos mejores padres que cualquier niña podría esperar tener. Mi hermana es mi mejor amiga. Mis familiares en el Perú y en el resto del mundo son lo máximo. Todavía me mantengo en frecuente contacto con mis mejores amigas del colegio.  Asistí a dos universades de las mejores que hay en este país.  Viví en Washington, DC por tres años y conocí a dos amigas que en realidad son hermanas.  Tengo un trabajo que me encanta.  Mis estudiantes me dan energía y me dan un sentido de propósito.  En todas las etapas de mi vida, he formado amistades profundas.  He tenido la suerte de encontrar una pareja con quien comparto un amor veradero y pasionante no sólo una vez, si no DOS veces.  Tengo el provilegio de ser madre a mi hijito biológico, y ser mamá "bonus" de dos señoritas que me quieren mucho y quienes amo tanto.
Tampoco escribo esto sólo para enumerar las cosas por las cuales estoy agracecida.  Simplemente es importante tener perspectiva.  Los golpes de mi vida han sido (y son) públicos.  Engendran mucha empatía por eso.  Pero muchas veces me pongo a pensar en esas personas cuyos golpes son privados y sufren solos.  Pienso en personas que llevan cicatrices emocionales de una niñez infeliz y abusiva, pienso en aquellos que viven con una pareja abusiva y no pueden escaparse, pienso en las personas que luchan con adicciones, y las personas que aman a los adictos.  En realidad, es raro vivir una vida entera sin ningún "golpe". César Vallejo no está equivocado. La perspectiva es lo que me ayuda a salir de ese espacio oscuro.
Esta mujer no es desafurtunada.  Es una mujer MUY afortunada.


Comentarios

  1. Y no sólo eres tú la afortunada de esta historia. Lo somos, con creces, todos quienes hemos gozado --y seguiremos haciéndolo por muchos años más--, de tu generosa y bondadosa presencia en este mundo desde aquel entrañable 3 de julio de 1976.
    Pareciera que a alguien tan llena de prendas inusualmente altas, el destino se empeñara en mermarle --¿como reto o rasero?-- un tanto de la capacidad para cosechar con paz y tranquilidad todos los bienes sembrados. O, como tú dices, una coincidencia del azar que rige a los humanos desde antes del nacimiento. No podemos predecir el futuro, pero hacemos fervientes votos por que este ansioso presente se supere pronto, y que, por el resto de una larga y fecunda existencia, goces de la retribución de todo lo bueno y hermoso que has esparcido a raudales desde que fuiste una niña.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

El diagnóstico (y por qué es importante abogar por uno mismo)

Tengo una heridita en el pecho...